El
arquero era un soldado que disparaba flechas con un arco, una varilla hecha de acero, madera u otra materia elástica, sujeta por los extremos con una cuerda o bordón, de modo que forme una curva.
El uso del arco como arma de caza y de
guerra se remonta al
paleolítico superior. Los monumentos
egipcios,
persas,
asirios, etc., son testimonio de la existencia de combatientes armados con arco.
Durante la
Edad Media los arqueros fueron un arma de gran importancia: los arqueros
ingleses, al aniquilar la
caballería francesa, fueron los artífices de la victoria de Agincourt, en 1415. Sustituidos progresivamente por los
ballesteros y
arcabuceros, los arqueros se utilizaron en Francia hasta el
siglo XVI y en Inglaterra hasta el XVII; los
rusos emplearon arqueros en las
Guerras Napoleónicas.